Adelgazar rápidamente, es el deseo de la mayoría de personas que iniciamos una dieta. No obstante, la reducción de peso debe responder siempre a un proceso coherente y bien estructurado. A continuación, señalamos las tres fases indispensables dentro de una dieta exprés.
La primera consiste en alimentarnos básicamente de verduras y proteínas. Esta fase tiene como objeto reducir las aportaciones energéticas, a fin de sorprender al organismo, provocando una pérdida de peso rápida. Los alimentos más recomendables son el pescado, los mariscos, la soja, los huevos y las ensaladas.
La segunda fase se caracteriza por la reinducción progresiva de glúcidos. Su objetivo es consolidar y mantener la pérdida de peso, luego de una fase restrictiva. En esta fase se reincorporan de manera moderada, los alimentos con altos aportes energéticos como el azúcar, las pastas, los cereales y las legumbres.
En la última fase se buscará recuperar el equilibrio alimenticio. Para ello, lo principal será mantener un hábito nutricional adecuado, sin reincidir en los excesos que nos llevaron a perder el peso ideal. Asimismo, el realizar actividades físicas al menos por 10 minutos diarios, resultará fundamental para mantener la línea.
